miércoles, diciembre 29, 2004

Soneto, de Enrique Otero Martín

¡¡ Quien fuera un dios para poder crearte !!
¡¡ Oh, diosa viva de mi sueño triste !!.
Que solamente tú me redimiste
de aquel dolor de, al despertar, dejarte.

Si yo pudiera, con quererte, darte
esa vida que en sueños me pediste,
dejarías la muerte que persiste
y que te tiene maniatada al arte.

No es realidad tu pecho cristalino,
ni he besado tu boca entretegida
con pétalos de rosas impalpadas.

¡¡ Quién fuera un dios, que con poder divino,
hiciera, con el humo de tu vida,
el hada más tangible de las hadas !!.

Enrique Otero Martín