lunes, enero 10, 2005

Dolor

¡¡ Canta, gorrión, acierta en tu destino
de ser libre, ser fuerte y ser punzada !!
Tras el viento insondable de la noche,
florece, en luz, el vértigo del alba.
Agujas de dolor me han triturado
los asombros, en esta madrugada.
Los cálices del mundo están abiertos
a los desgarros y a las añoranzas.
Los pámpanos de ayer se hacen sarmientos;
más tarde, el tiempo los convierte en llama.
El fruto fue ensilado en el recuerdo.
Sabor de plenitud fueron sus ramas.
¡¡ Canta, gorrión, ya sabes tu destino:
ser multitud de anónima algarada !!
Los arpones de hoy no me destruyen,
más que este instante. Lo de ayer se agranda,
en el paisaje que orienté al poniente,
siguiendo al sol de alondras y distancias.
Aunque el dolor destile estos segundos,
izaré nuevos símbolos mañana.
Hay que seguir, gozar la incertidumbre
de ser y devenir hacia la nada.
Entre no ser y nada´, está la ruta
zozobrante, inquietante, ilusionada,
de proponer jalones a la vida,
en el quehacer gozoso de la marcha.
Porque el viento insondable de la noche
revelaciones trae de madrugada.
¡¡ Canta, gorrión, evádeme del daño
de estas ardientes púas que me agachan,
como si los instentes destilasen
arpones que, en mi alfoz, se me clavaran !!.

EUSEBIO GARCÍA GONZÁLEZ.