Nacimiento II
Para Bruno, mi nieto, y
para Miguel, el primer nieto
de Pedro Jesús Marcos.
(Para los dos y para
cada uno de ellos)
I
No estabas y ya estás y, como el viento
De la luz que encarrila la energía,
Vienes, solo, del tiempo. Nada había
De espacio, junto a ti, en aquel momento.
Venir desde la nada es el portento
Que encuna, en un bajel de bizarría,
El afán de avanzar, día tras día,
Por la crujía del advenimiento.
Como las ondas del estanque terso,
Sigue creando espacio en tu universo,
Hasta ser conductor de singladura.
Sigue en el tiempo y el espacio asume;
Que el milagro está hecho y se presume
Que el reto seguirás de tu aventura.
I I
Ya estás y ya desplazas cuanto aflora
En derredor de ti y acopias prados
De conceptos, de sueños y cercados,
A impulsos de tu nave incitadora.
Nadie duda que tu ansia creadora
Inventará veredas a puñados.
No hay caminos, ni vértices trazados,
En la pizarra limpia de tu aurora.
Sé tu verdad de páramo y de brisa.
No dejes que te invada el tener prisa
De llenar de pasión campos vacíos.
Sea tu paso golondrina y vuelo;
Que no despliegue adioses tu pañuelo.
Bebe en el tiempo todos los rocíos.
y III
Está entero tu tiempo y la burbuja
De tu espacio apenas ha surgido.
Sobre ella el manantial recién nacido,
De nombres y paisajes, se dibuja.
No has probado el vigor que nos embruja
Para asaltar crepúsculos. Caído
No está aun el bosque de lo fenecido,
En la lucha ancestral que nos empuja.
Abriendo irás la caja generosa
De los encuentros con la vida. Inicia,
Poco a poco, el panel desconocido.
La ola del tiempo viaja presurosa.
Transmutará, en espacios, la codicia
De arrebatar tu vida del olvido.
EUSEBIO GARCÍA GONZÁLEZ. 2001
para Miguel, el primer nieto
de Pedro Jesús Marcos.
(Para los dos y para
cada uno de ellos)
I
No estabas y ya estás y, como el viento
De la luz que encarrila la energía,
Vienes, solo, del tiempo. Nada había
De espacio, junto a ti, en aquel momento.
Venir desde la nada es el portento
Que encuna, en un bajel de bizarría,
El afán de avanzar, día tras día,
Por la crujía del advenimiento.
Como las ondas del estanque terso,
Sigue creando espacio en tu universo,
Hasta ser conductor de singladura.
Sigue en el tiempo y el espacio asume;
Que el milagro está hecho y se presume
Que el reto seguirás de tu aventura.
I I
Ya estás y ya desplazas cuanto aflora
En derredor de ti y acopias prados
De conceptos, de sueños y cercados,
A impulsos de tu nave incitadora.
Nadie duda que tu ansia creadora
Inventará veredas a puñados.
No hay caminos, ni vértices trazados,
En la pizarra limpia de tu aurora.
Sé tu verdad de páramo y de brisa.
No dejes que te invada el tener prisa
De llenar de pasión campos vacíos.
Sea tu paso golondrina y vuelo;
Que no despliegue adioses tu pañuelo.
Bebe en el tiempo todos los rocíos.
y III
Está entero tu tiempo y la burbuja
De tu espacio apenas ha surgido.
Sobre ella el manantial recién nacido,
De nombres y paisajes, se dibuja.
No has probado el vigor que nos embruja
Para asaltar crepúsculos. Caído
No está aun el bosque de lo fenecido,
En la lucha ancestral que nos empuja.
Abriendo irás la caja generosa
De los encuentros con la vida. Inicia,
Poco a poco, el panel desconocido.
La ola del tiempo viaja presurosa.
Transmutará, en espacios, la codicia
De arrebatar tu vida del olvido.
EUSEBIO GARCÍA GONZÁLEZ. 2001
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