Taauromáquica
Eusebio García González
Tauromágicas
ROMANCE DEL BECERRO DESTETADO.
A Eladio Vegas
El sol remacha venablos
De sed y fuerza fecundas
Y sus reflejos ardientes
En las caceras fluctúan.
Un ternero adormilado
Entre el cansancio y la hartura
Sueña brillos de caireles.
Sus ojos de negra hondura
Descarrían su mirada
Y en los espacios se embruja.
Mira al semental su abuelo,
Señor de charcas y lunas.
Fantasías de bordados
Emborrachados de angustia
Le hacen temblar, al regusto,
Bajo la teta vacuna.
Mientras mama los impulsos
De arrogancia y de bravura,
Las hierbas se hacen de paja,
La paja en edad se incuba
Y, entre días y entre estrellas,
progresa su encarnadura.
¡ Torito, sigue a tu madre;
Protégete en su ternura,
Y ampárate tras su sombra,
Que está tu frente desnuda ¡
El alba pone rosarios
De rocío en las agujas
Y en las aristas de hierba
De la pradera absoluta.
Ya despereza, el becerro,
Sus ansias de juego y pugna.
Tamborilean retamas
Los tangos de sus pezuñas
Y persigue fantasmales
Jirones de niebla y bruma.
Su madre le deja ir.
Su vigilancia atenúa,
Pues ve que ya brillan chispas
De acero, en su testa enjuta,
Como luceros tempranos
Del manantial de las puntas.
¡ Capullos de su destino,
Para la muerte y la lucha ¡
¡ Torito, sigue a tu madre;
Protégete en su ternura;
Ampárate tras su sombra,
Que está tu frente desnuda ¡
Mil luceros han cruzado
Las muchas noches oscuras.
Doce lunas han viciado
De anhelos y de aventuras,
Las fantasías sangrientas
De aquel ternero sin cuna.
Los frutos de sus defensas
Sobre su testuz alumbran
Y, en el pasto de la vega,
Embestidas articula.
¡ Nadie le quiere tocar ¡
¡ Importa su casta adulta ¡
Trisca hierbas hacia el alba
Y sesteando las rumia.
¡ Se encara, audaz, con las sombras !.
Con la manada se junta
Y a galopar por las trochas,
Con los suyos, se acostumbra.
¡ Admira del semental
Su asombrosa arboladura ¡.
Para aprender a embestir,
A sus hermanos azuza
Y, ahíto de apremio y pasto,
Bajo el fresnedal, se tumba.
¡ Sueña ser, como su abuelo,
El señor de la llanura ¡.
¡ Torito, deja a tu madre;
Trincha, embiste, corre, impulsa ¡
¡ Ampárate en tu coraje,
Que es la razón de tu alcurnia ¡.
EL GALOPE POR LAS PRADERAS
Áspera desazón de la pradera,
Retumba el galopar de la manada.
Tentada por la voz de la alborada
La fieraza del toro se acelera.
¡Los jinetes no obstruyan su carrera!
¡La fuerza del estruendo está excitada
Y puede revolverse a la lanzada!
¡Que es rey de los espacios esta fiera!
Coronan ya el tranzón de la colina.
El poder de su estampa predomina
Sobre el filo sutil del alto monte.
Su armonía no anhela la caricia.
El festival de sangre, que codicia,
Pide contemplación, sol y horizonte.
A UN TORO SOLITARIO PASTANDO
A SOLAS, SEPARADO DE LA MANADA
Has visto renacer la mies, en olas
De las planicies de ese mar de trigo
Y, paciendo a la sombra del quejigo,
Tres años llevas ya, pastando a solas.
Las defensas turgentes que enarbolas,
De tu bravura son muestra y testigo.
Nadie se atreve a convivir contigo,
En tu recinto de las amapolas.
Reposado, sereno, destacado,
Muestra robusta de la fuerza noble,
Soterras melancólica fiereza.
Del horizonte estás desengañado.
¡Pasta la vida bajo el fresco roble!.
¡Lame la libertad de tu pereza!.
SALIDA DEL TORO AL RUEDO
Ya desgarró el clarín la espera viva.
Se abrió el toril, su negra servidumbre
Da paso al toro que la muchedumbre
Jaleará en su libertad cautiva.
La actitud de esa flor provocativa,
Del hombre que le cita, es certidumbre
De que habrá de morir, sin pesadumbre.
¡Aunque tu mates, no hay alternativa ¡
¡Legado de la muerte en la carrera!
¡Turbado en el ardid del burladero!
¡Patético instrumento en el engaño!
¡Viste esa luz con velo de pradera!.
¡Sueña, en azul, el oro del albero!.
¡Galopa, ataca, embiste, siembra el daño!.
BREGA CON EL CAPOTE
Avanza el vendaval de la energía
Al lugar de la cita en movimiento
Y se engendra una flor, un monumento
Al arte, con la muerte en armonía.
Se despliega el capote y se desvía
La pugna del tropel y la del viento
Y se convierte todo ese momento
En verdad, en belleza y bizarría.
Vértice en contención, sensiblemente
El silencio se impone, mientras brotan
Las codicias de aunar belleza y sueño.
Y al desplegar la floración creciente
El toro, el hombre y el embrujo flotan
En la coronación de un solo empeño.
LIDIA Y CASTIGO.
Ese clarín de sangre perfilado
Ya ha dado la señal de la refriega
Y aparece el corcel, para la brega
Con la noble fiereza del astado.
El diestro, flor de sombra, enamorado
Del riesgo de morir en cada entrega,
Con el afán del arte a vivir juega
Audaz, mandón, valiente y sosegado.
La garrocha en la suerte está instalada.
Con brío el toro, amigo y enemigo,
Huracán de la muerte embiste fiero.
Lujos de grana engendra la lanzada.
¡Unidos en la suerte del castigo,
Toro, corcel, la muerte y el torero!.
TERCIO DE BANDERILLAS
I
En el centro del ruedo aposentado,
Altos los brazos, los rehiletes prestos,
Cita al morlaco con la voz y gestos
El peón o el maestro entusiasmado
En la brega anterior, conmocionado
Ha quedado el astado y manifiestos
Están los signos, por lo descompuestos
Arranques y embestidas que ha empleado.
El toro corre ya hacia la embestida;
El subalterno curva su carrera
Para acoplar su cita en el embroque.
La flor de cada arpón está prendida
En lo alto del morrillo; recupera
El peón su terreno y ya no hay choque
II
Ya ha animado la res su recorrido.
Ágil y reavivada su agudeza,
Templa la realidad de su fiereza
Asentando su estar sin un bramido.
En nueva cita el toro está sumido
embriagado por su naturaleza.
El peón aplicando su destreza
Dos nuevas banderillas ha prendido.
Tercera vez se cita y se repite
La suerte. En la brega y en el quite
Los peones terminan su aventura.
Ya está el toro vivaz y despejado.
Suena el clarín y queda ya emplazado
Para mostrar su encaste y su bravura.
LA MULETA
I
Ya ha pedido la venia al Presidente
El Maestro, para iniciar la brega.
Se dirige a un amigo, a quien entrega
Su montera y mensaje procedente.
En el mensaje estaba subyacente
El arte y el oficio con que juega.
Ya se dirige al riesgo y ya despliega
La muleta y su genio, juntamente.
Cita, se acerca al toro con cuidado,
Adelanta la mano y enrolado
Queda en la vibración del respetable.
Pasa la res con fuerza y cercanía,
Enlaza en recorridos de agonía
Y prosigue la pugna inagotable.
II
De poder, de valor y arte dotado,
Audaz, ha de citar con la siniestra
Y, desde el natural, diestro se muestra
Vinculado a un delirio arrebatado.
Vuelve a citar, se yergue en el cuidado:
Es ente enhiesto, porque así demuestra
Que la furia del toro se secuestra
Con valor, de coraje engalanado.
¡Qué lentitud de muerte arrebatada!
La agitación de furia y de trapío,
Al florecer de hombría, está mostrada.
Patente el arrebato del gentío,
La pasión de la lidia esté expresada
Y en el ruedo ostensible el señorío.
AL TORO EN SU MUERTE.
Eres la voluntad, fuerza y bravura,
Envueltas en tu piel, charol sudado
Y, aunque la sangre tiñe tu costado,
Es afán de vencer tu compostura.
Sigue armada tu frente. En la aventura
De herir al lidiador, eres burlado.
Removido de cólera, encelado
No sientes del dolor la mordedura.
Llevas la muerte en turbio remolino;
Fuerza y bravura, en arte violento,
Y aluvión de espectáculo sangriento.
Morirás porque es ley de tu destino.
¡No temblará tu carne, heroica suerte,
Bajo el rejón acerbo de la muerte!.
Í N D I C E
Romance del becerro destetado………….. 3
El galope por las praderas………………….. 6
A un toro solitario pastando separado de
La manada…………………… 7
Salida del toro al ruedo………………………. 8
Brega con el capote…………………………... 9
Lidia y castigo…………………………………. 10
Tercio de banderillas…………………………. 11
La muleta……………………………………….. 13
Al toro en su muerte………………………….. 15
Este libro se acabó de imprimir por el autor en
Santa María la Real de Nieva (Segovia)
El día 13 de Mayo de 2011
Fiesta de la Ascensión.
Tauromágicas
ROMANCE DEL BECERRO DESTETADO.
A Eladio Vegas
El sol remacha venablos
De sed y fuerza fecundas
Y sus reflejos ardientes
En las caceras fluctúan.
Un ternero adormilado
Entre el cansancio y la hartura
Sueña brillos de caireles.
Sus ojos de negra hondura
Descarrían su mirada
Y en los espacios se embruja.
Mira al semental su abuelo,
Señor de charcas y lunas.
Fantasías de bordados
Emborrachados de angustia
Le hacen temblar, al regusto,
Bajo la teta vacuna.
Mientras mama los impulsos
De arrogancia y de bravura,
Las hierbas se hacen de paja,
La paja en edad se incuba
Y, entre días y entre estrellas,
progresa su encarnadura.
¡ Torito, sigue a tu madre;
Protégete en su ternura,
Y ampárate tras su sombra,
Que está tu frente desnuda ¡
El alba pone rosarios
De rocío en las agujas
Y en las aristas de hierba
De la pradera absoluta.
Ya despereza, el becerro,
Sus ansias de juego y pugna.
Tamborilean retamas
Los tangos de sus pezuñas
Y persigue fantasmales
Jirones de niebla y bruma.
Su madre le deja ir.
Su vigilancia atenúa,
Pues ve que ya brillan chispas
De acero, en su testa enjuta,
Como luceros tempranos
Del manantial de las puntas.
¡ Capullos de su destino,
Para la muerte y la lucha ¡
¡ Torito, sigue a tu madre;
Protégete en su ternura;
Ampárate tras su sombra,
Que está tu frente desnuda ¡
Mil luceros han cruzado
Las muchas noches oscuras.
Doce lunas han viciado
De anhelos y de aventuras,
Las fantasías sangrientas
De aquel ternero sin cuna.
Los frutos de sus defensas
Sobre su testuz alumbran
Y, en el pasto de la vega,
Embestidas articula.
¡ Nadie le quiere tocar ¡
¡ Importa su casta adulta ¡
Trisca hierbas hacia el alba
Y sesteando las rumia.
¡ Se encara, audaz, con las sombras !.
Con la manada se junta
Y a galopar por las trochas,
Con los suyos, se acostumbra.
¡ Admira del semental
Su asombrosa arboladura ¡.
Para aprender a embestir,
A sus hermanos azuza
Y, ahíto de apremio y pasto,
Bajo el fresnedal, se tumba.
¡ Sueña ser, como su abuelo,
El señor de la llanura ¡.
¡ Torito, deja a tu madre;
Trincha, embiste, corre, impulsa ¡
¡ Ampárate en tu coraje,
Que es la razón de tu alcurnia ¡.
EL GALOPE POR LAS PRADERAS
Áspera desazón de la pradera,
Retumba el galopar de la manada.
Tentada por la voz de la alborada
La fieraza del toro se acelera.
¡Los jinetes no obstruyan su carrera!
¡La fuerza del estruendo está excitada
Y puede revolverse a la lanzada!
¡Que es rey de los espacios esta fiera!
Coronan ya el tranzón de la colina.
El poder de su estampa predomina
Sobre el filo sutil del alto monte.
Su armonía no anhela la caricia.
El festival de sangre, que codicia,
Pide contemplación, sol y horizonte.
A UN TORO SOLITARIO PASTANDO
A SOLAS, SEPARADO DE LA MANADA
Has visto renacer la mies, en olas
De las planicies de ese mar de trigo
Y, paciendo a la sombra del quejigo,
Tres años llevas ya, pastando a solas.
Las defensas turgentes que enarbolas,
De tu bravura son muestra y testigo.
Nadie se atreve a convivir contigo,
En tu recinto de las amapolas.
Reposado, sereno, destacado,
Muestra robusta de la fuerza noble,
Soterras melancólica fiereza.
Del horizonte estás desengañado.
¡Pasta la vida bajo el fresco roble!.
¡Lame la libertad de tu pereza!.
SALIDA DEL TORO AL RUEDO
Ya desgarró el clarín la espera viva.
Se abrió el toril, su negra servidumbre
Da paso al toro que la muchedumbre
Jaleará en su libertad cautiva.
La actitud de esa flor provocativa,
Del hombre que le cita, es certidumbre
De que habrá de morir, sin pesadumbre.
¡Aunque tu mates, no hay alternativa ¡
¡Legado de la muerte en la carrera!
¡Turbado en el ardid del burladero!
¡Patético instrumento en el engaño!
¡Viste esa luz con velo de pradera!.
¡Sueña, en azul, el oro del albero!.
¡Galopa, ataca, embiste, siembra el daño!.
BREGA CON EL CAPOTE
Avanza el vendaval de la energía
Al lugar de la cita en movimiento
Y se engendra una flor, un monumento
Al arte, con la muerte en armonía.
Se despliega el capote y se desvía
La pugna del tropel y la del viento
Y se convierte todo ese momento
En verdad, en belleza y bizarría.
Vértice en contención, sensiblemente
El silencio se impone, mientras brotan
Las codicias de aunar belleza y sueño.
Y al desplegar la floración creciente
El toro, el hombre y el embrujo flotan
En la coronación de un solo empeño.
LIDIA Y CASTIGO.
Ese clarín de sangre perfilado
Ya ha dado la señal de la refriega
Y aparece el corcel, para la brega
Con la noble fiereza del astado.
El diestro, flor de sombra, enamorado
Del riesgo de morir en cada entrega,
Con el afán del arte a vivir juega
Audaz, mandón, valiente y sosegado.
La garrocha en la suerte está instalada.
Con brío el toro, amigo y enemigo,
Huracán de la muerte embiste fiero.
Lujos de grana engendra la lanzada.
¡Unidos en la suerte del castigo,
Toro, corcel, la muerte y el torero!.
TERCIO DE BANDERILLAS
I
En el centro del ruedo aposentado,
Altos los brazos, los rehiletes prestos,
Cita al morlaco con la voz y gestos
El peón o el maestro entusiasmado
En la brega anterior, conmocionado
Ha quedado el astado y manifiestos
Están los signos, por lo descompuestos
Arranques y embestidas que ha empleado.
El toro corre ya hacia la embestida;
El subalterno curva su carrera
Para acoplar su cita en el embroque.
La flor de cada arpón está prendida
En lo alto del morrillo; recupera
El peón su terreno y ya no hay choque
II
Ya ha animado la res su recorrido.
Ágil y reavivada su agudeza,
Templa la realidad de su fiereza
Asentando su estar sin un bramido.
En nueva cita el toro está sumido
embriagado por su naturaleza.
El peón aplicando su destreza
Dos nuevas banderillas ha prendido.
Tercera vez se cita y se repite
La suerte. En la brega y en el quite
Los peones terminan su aventura.
Ya está el toro vivaz y despejado.
Suena el clarín y queda ya emplazado
Para mostrar su encaste y su bravura.
LA MULETA
I
Ya ha pedido la venia al Presidente
El Maestro, para iniciar la brega.
Se dirige a un amigo, a quien entrega
Su montera y mensaje procedente.
En el mensaje estaba subyacente
El arte y el oficio con que juega.
Ya se dirige al riesgo y ya despliega
La muleta y su genio, juntamente.
Cita, se acerca al toro con cuidado,
Adelanta la mano y enrolado
Queda en la vibración del respetable.
Pasa la res con fuerza y cercanía,
Enlaza en recorridos de agonía
Y prosigue la pugna inagotable.
II
De poder, de valor y arte dotado,
Audaz, ha de citar con la siniestra
Y, desde el natural, diestro se muestra
Vinculado a un delirio arrebatado.
Vuelve a citar, se yergue en el cuidado:
Es ente enhiesto, porque así demuestra
Que la furia del toro se secuestra
Con valor, de coraje engalanado.
¡Qué lentitud de muerte arrebatada!
La agitación de furia y de trapío,
Al florecer de hombría, está mostrada.
Patente el arrebato del gentío,
La pasión de la lidia esté expresada
Y en el ruedo ostensible el señorío.
AL TORO EN SU MUERTE.
Eres la voluntad, fuerza y bravura,
Envueltas en tu piel, charol sudado
Y, aunque la sangre tiñe tu costado,
Es afán de vencer tu compostura.
Sigue armada tu frente. En la aventura
De herir al lidiador, eres burlado.
Removido de cólera, encelado
No sientes del dolor la mordedura.
Llevas la muerte en turbio remolino;
Fuerza y bravura, en arte violento,
Y aluvión de espectáculo sangriento.
Morirás porque es ley de tu destino.
¡No temblará tu carne, heroica suerte,
Bajo el rejón acerbo de la muerte!.
Í N D I C E
Romance del becerro destetado………….. 3
El galope por las praderas………………….. 6
A un toro solitario pastando separado de
La manada…………………… 7
Salida del toro al ruedo………………………. 8
Brega con el capote…………………………... 9
Lidia y castigo…………………………………. 10
Tercio de banderillas…………………………. 11
La muleta……………………………………….. 13
Al toro en su muerte………………………….. 15
Este libro se acabó de imprimir por el autor en
Santa María la Real de Nieva (Segovia)
El día 13 de Mayo de 2011
Fiesta de la Ascensión.
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